“Toda palabra que pronuncio, desde un banal saludo hasta las palabras más íntimas, tienen una resonancia emocional en el otro. Mis palabras pueden causar alegría o tristeza. Debo tomar en cuenta ese impacto y asumir que tengo una responsabilidad»
Michel Lacroix/Filosofo Frances
Las 8 reglas de la ética del lenguaje según Michel Lacroix
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Mi palabra debe ser cordial: debo saludar, despedirme, dar las gracias.
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Mi palabra debe ser amable: debo dejar en el aire una suerte de puntos suspensivos para que el otro se exprese; no debo ridiculizar a nadie en público.
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Mi palabra debe ser positiva: debo ser una fuente de inspiración para los demás.
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Mi palabra debe ser respetuosa de los ausentes: debo evitar el encadenamiento incesante de juicios sobre los demás, como si la conversación fuera un tribunal virtual.
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Mi palabra debe ser tolerante: debo exponer mi punto de vista de manera no violenta, escuchar las opiniones distintas a la mía; la buena voluntad de discutir y escuchar es el fundamento de la democracia.
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Mi palabra debe ser la guardiana del mundo: debo mostrar admiración por lo que me rodea, el mundo natural y el social. Es mejor el exceso de admiración que el exceso de desprecio.
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Mi palabra debe ser responsable del lenguaje: debo hablar bien mi lengua materna, emplear la palabra exacta, respetar la gramática y la pronunciación, tratar de expresarme con elegancia y refinamiento.
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Mi palabra debe ser verdadera: debo evitar la mentira, los eufemismos hipócritas y las exageraciones injustas.
Nota para los lectores:
Este articulo es una invitación de la Biblioteca y de su área de Fomento a la lectura para que nos arropemos en el lenguaje, para que reconozcamos su valor, para que veamos en él nuestra mejor herramienta de comunicación, de aprendizaje, de manifestación de afecto y respeto a los demás, para que intentemos ser mejores personas y mejores humanos.Marcial Aguirre/ Promotor de Lectura